La localidad más occidental de la mancomunidad Rivera de Fresnedosa
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La historia de Zarza la Mayor revela su significativa relevancia durante la invasión musulmana de la península ibérica, dejando aún en el municipio vestigios como las fortalezas de Racha-Rachel y el Castillo de Bernardo. Tras la Reconquista, el lugar fue repoblado por la Orden de Alcántara, dando origen a la encomienda de Peñafiel y la Çarça. Al obtener el título de villa en 1356, Zarza la Mayor experimentó un período de esplendor en el siglo XVI, el cual se vio truncado con la Guerra de Restauración portuguesa.
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Durante este conflicto, los portugueses forzaron el exilio de los zarceños entre 1665 y 1668, aunque el pueblo fue nuevamente ocupado durante la Guerra de Sucesión Española entre 1705 y 1713. Esta ubicación fronteriza ha marcado la historia de Zarza desde sus inicios, con frecuentes conflictos entre ambos países que resultaron en el exilio de sus habitantes en varias ocasiones y en la devastación del pueblo por incendios hasta en cuatro ocasiones.
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Gracias a su ubicación estratégica, Zarza la Mayor se convirtió en un punto crucial en las rutas del contrabando en la Raya. Muchas familias encontraron en el intercambio de productos su única forma de subsistencia, en un entorno dominado por grandes latifundios pertenecientes a concejos como el de la Mesta, órdenes como la de Alcántara, o familias de la nobleza y la hidalguía. Durante el siglo XVIII, la llegada de la Real Fábrica de la Seda marcó un hito en el desarrollo de este pueblo, elevándolo a un centro de intensa actividad mercantil.
Castillo de Peñafiel
También conocido como la antigua fortaleza musulmana Racha-Rachel, el Castillo de Peñafiel recibió su nombre de los cristianos. Este emblemático sitio también da nombre a la ruta de senderismo que conduce hasta él y luego continúa hacia tierras portuguesas.
Los primeros vestigios de este castillo se remontan al siglo IX, cuando los bereberes erigieron una torre de vigilancia en la frontera. A lo largo de los siglos, sus muros fueron testigos de diversas batallas entre cristianos y musulmanes, así como entre españoles y portugueses. Tras su reconquista por parte de Alfonso IX, el castillo pasó a ser propiedad de la Orden de Alcántara. Hoy en día, se pueden apreciar los restos de la fortaleza construida en el siglo XVI, que incluyen dos perímetros defensivos y su imponente torre del homenaje, conservada como el elemento principal y más majestuoso.
Fuente Conceja
Probablemente de origen medieval, representa una importante muestra de arquitectura popular funcional. Su construcción surgió de la necesidad de los habitantes locales de contar con agua cerca de sus hogares, lo que le otorga su nombre en relación directa con el crecimiento del Concejo de Zarza la Mayor.
Este monumento se distingue por su arco central apuntado y los sillares de granito perfectamente pulidos, que evocan el pasado tumultuoso de esta región de Extremadura. Originalmente, la fuente estaba cubierta por láminas del mismo granito, pero estas desaparecieron con el paso del tiempo. A mediados del siglo XVII, la fuente fue parcialmente reconstruida por alarifes traídos expresamente desde Portugal.
Rutas senderistas
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La ruta tiene una longitud total de 15 kilómetros si se realiza el recorrido de ida y vuelta, y se clasifica como de dificultad fácil. Se estima que se necesitan aproximadamente 3 horas y 30 minutos para completar el trayecto, que comienza en el Ayuntamiento de Zarza la Mayor y llega hasta Salvaterra do Extremo, en el vecino Portugal.
Este camino era utilizado por los antiguos contrabandistas para introducir café de manera ilegal a través de la frontera entre Extremadura y Portugal. Solían recorrerlo a caballo o a pie, preferiblemente durante la noche bajo la luz de la luna para evitar llamar la atención de miradas sospechosas.
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Se trata de una ruta de 8,8 km con dificultad baja, completada en unas 2 horas y 30 minutos. Comienza en Zarza la Mayor y termina en el río Erjas, actuando como frontera natural con Portugal. El sendero ofrece un paisaje variado, pasando por la Cañada Real de Gata y descendiendo hacia el río por una calleja junto al arroyo de la Grera.
Se atraviesa una zona de berrocales y un pequeño barranco antes de llegar al Erjas, donde hay un mirador con una pasarela metálica. Durante la ruta, es común avistar rapaces como buitres leonados y águilas, así como aves pequeñas como verdecillos y jilgueros.